Estamos entrando ahora de nuevo en la escalada de visitas al aeropuerto, que si unos se van que si otros vuelven. La verdad es que pasar ya por Meskel Square, donde me paró la policía dos veces, ha dejado de imponerme. He encontrado el truco para evitar los controles de policía de Addis, y la verdad es que es muy fácil, simplemente no les miro, así puedo hacerme el loco. Me imagino que ellos pensarán, estos “farangis” como nos llaman a los blancos, están locos, algo así como Asterix y Obelix.
Seguimos en Addis, localizando sitios de comidas varias. El otro día volví con Boro a la heladería de Bruno, a punto de cerrar nos tomamos un par de helados que ni en Madrid, de avellana, limón, yogurt… hay varios sabores para elegir, y estuvimos hablando con Luca que es el hermano de Bruno, es un italiano que está casado con una etíope y tienen un niño, ha trabajado en Ongs con proyectos de agricultura y ahora tiene el negocio a medias con su hermano. Es gracioso verles a los dos y hablar con ellos de un poco de todo desde el punto de vista occidental, ya que aquí se trabaja a un ritmo muy lento.
Dejando la heladería aparte, antes de ayer por la noche llegaron el resto de voluntarios con Jordi, en total 9. Fui nuevamente a recogerles al aeropuerto, pagas la tasa de 2,30 bir y otros dos más para entrar, es curioso nunca me podré imaginar que para entrar en Barajas la gente tenga que pagar, aunque tal y como se está poniendo Madrid, espero que a nadie se le ocurra. Bueno, pues 2 horas de retraso del vuelo, menos mal que fui con Boro, sino se me hubiera hecho especialmente eterno. Llegaron todos bien y con todas las medicinas que cargaban lo cual para el proyecto es un lujo, lo que no se Es como vamos a cargar todo en el coche y me explico.
Tenemos que comprar un arcón congelador y llevarlo a la vez que las demás medicinas, porque sino se me van a deshidratar los voluntarios, ya que necesitamos algo de agua fría en Dupti porque los 40 grados nunca perdonan. Así que haciendo la lista de la compra, el arcón congelador (quien diría que acabaría comprando una nevera en Addis…), las cajas de medicinas que nos han traído los voluntarios cinco y grandes, y los 245 kilos que me traen los dentistas para el proyecto, más 9 personas en el coche, vamos que ni los marroquíes!! 3 delante y 6 detrás…. y las maletas arriba en la baca. Menos mal que el tetris se me da bien, porque sino no se como hacerlo.
Bueno, volviendo a los voluntarios, hoy han confesado que el hotel fue un shock para ellos, y especialmente para ellas, no lo había pensado así porque para mí la verdad es que no me parece que esté tan mal. Esto debe ser porque uno ya está acostumbrado. Y esta mañana se han ido a Madre Teresa a trabajar, ayer sólo fue de visita, esperemos a ver que pasa.
Mi alumno de la universidad se está portando muy bien, además es uno de los pequeños del viaje y no da ninguna lata, chapó.
Hoy hemos quedado con Jose Carlos de la embajada para cenar, un poco de peloteo y así soluciono un par de papeles nuevos que me han pedido en el ministerio. No me extraña que Etiopía siga así, les encantan los papeles, claro, todos por triplicado, con fotos y todos los colorines del mundo. Si los guardaran lo entendería pero para luego perderlos y tirarlos por el suelo, la verdad es que es tremendo.
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